domingo, 28 de abril de 2013

1 comentario:

Anónimo dijo...

Más allá de la noche que sobre mí se cierne,
Negra como el abismo más profundo,
Agradezco a los dioses, cualesquiera que sean
Por mi espíritu inquebrantable.
Caído en las garras de las circunstancias
No he llorado ni me he lamentado.
Bajo el golpe cruel del destino
Mi cabeza ensangrentada, sigue erguida.
Más allá de este lugar de ira y lágrimas
Se vislumbra el Horror de la sombra,
Y aun así la amenaza de los años
Me encuentra, y me encontrará, sin miedo.
No importa cuán difícil sea la entrada.
Cuán cargada de castigos la sentencia,
Soy dueño de mi destino:
Soy el capitán de mi alma.

William Henley